El de-váter
por manuel
Procuré y procuraré no enterarme ni del de-váter ni de sus comentarios añadidos. Es complicado, porque todos los medios, ese mismo día y los días sucesivos, dieron y darán bombo a tal espacio publicitario gratuito al servicio del bipartido PPSOE, en el que, tras pactarlo absolutamente todo entre los barbas y el presentador (faltaría más), se les suministró un tiempo de autobombo en horario de máxima audiencia, y al mismo tiempo se despreció totalmente al resto de los candidatos. «Principio de equidad y democracia». Acojonante el evento.
Comentarios
¿Y qué otra cosa esperabas?
Tú mismo pides equidad y democracia reales como si viviéramos en una dictadura y no, vivimos en democracia.
La quimera es pretender que nuestra democracia se diferencie de las demás y siga siendo una democracia.
Se pide con desconocimiento, no gusta lo que nos dan y volvemos a pedir lo mismo, cada cuatro años, en el mismo sitio y a los mismos perros.
¿si sigue sin gustarnos, porqué no valorar dejar de pedirlo?
El juego es el que es, y las reglas no cambian: Prioridad al capital, la banca, los tecnócratas…
Robin Hood creó escuela con aquello de robar a los ricos para dárselo a los pobres.
La cuestión es robar, presentar a los desfavorecidos como los egoístas que viven de las ayudas sociales y al capital como los emprendedores lastrados por las ayudas, es sólo cuestión de marketing.
La mayor irresponsabilidad es dar por sentados los principios: equidad, democracia, justicia. Si no se exigen, desaparecen.
La Historia es un equilibrio entre la intención de no compartir por parte de quién acumula en exceso y la disposición a exigir de quién no tiene.
En la posguerra se articularon medidas para evitar las situaciones de desigualdad que llevaron a los conflictos bélicos dando lugar a la sociedad del bienestar: coberturas sociales, servicios básicos estatales y control de los mercados.
En cada descuido de la ciudadanía, un especulador ayudado por un corrupto en connivencia con un político, escatima una cobertura, privatiza un servicio público o sortea un control, la consecuencia de estos abusos de forma perversa se utiliza como argumento para convertir estos abusos en soluciones y vuelta a empezar.
Los políticos son sólo una cara de la moneda, nuestra apatía, aceptar pulpo por animal de compañía, la democracia como el menos malo de los sistemas, el perroflautismo como una vía válida de protesta es la otra cara.
Como dicen los estadounidenses, no preguntes qué no hace la democracia por tí, pregúntate qué no haces tú por la democracia.
La democracia se hace y se demuestra andando, no poniéndole la etiqueta y dejando las cosas correr. Estamos demasiado acostumbrados al etiquetar y dejar estar, y después quejarnos a toro pasado, y si puede ser, echando la culpa al prójimo. Somos muy pasivos e hipócritas.
Centrándome en el «debate» en sí, es impresentable que los medios hablen de debate cuando es simplemente un acto electoral, además absolutamente excluyente y manipulado. Y es más impresentable aún que traguemos con ello sin más.
Sin embargo lo tremendo del asunto, a mi manera de verlo, no es la parcialidad de los medios, que hay que recordar que son empresas privadas con muchos intereses en juego, sino la borreguería de la gente en general, que acepta llamar debate a semejante engendro, y que permite que su espíritu crítico no vaya más allá de desbarrar sobre fútbol. Así aceptamos, por simple comodidad, indolencia, pasividad, credulidad, etc., el llamarle democracia a un sistema de gobierno que tiempo hace que adolece de su esencia, el «gobierno del pueblo». Y así nos manipulan, porque en realidad lo estamos deseando.
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