Una historia casi divertida
por Corrás
La película, dirigida por Anna Boden y Ryan Fleck, habla sobre la depresión, el protagonista es un adolescente presionado por la familia, enamorado de la novia de su mejor amigo y estresado por los estudios y su futuro personal.
Una noche en la que esta depresión le lleva a pensar en el suicidio, decide ingresar voluntariamente en el pabellón siquiátrico. Lo que ve como una solución para una noche, se convierte en una intensa experiencia de 5 días.
Durante la estancia y la convivencia con el resto de pacientes, algunos adolescentes como el y otros adultos, relativiza la importancia de sus problemas, valora lo positivo de su familia y amistades y aprende a sobrellevar sus problemas ayudando a otros con los suyos.
Siendo una historia simplista e idealizada, no lo es más que tantas películas clásicas de esta temática (Alguien voló sobre el nido del cuco) o de cualquier otro género que optan por un enfoque más pesimista y morboso.
Forma parte de ese grupo de películas que pasan desapercibidas porque tienen algo que contar, saben contarlo, son ingeniosas y optimistas.
En una sociedad que se regodea en la enfermedad, no triunfan los enfoques positivos, preferimos las mentiras grandilocuentes que nos reafirman en la imposibilidad de vencerla y justifican que no hagamos el más mínimo esfuerzo por los demás ni por nosotros mismos.
«Si no estás ocupado naciendo, estás ocupado muriendo»
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