¿Nucleares?
por Corrás
Con el desastre japonés, vuelve el debate sobre las nucleares y algunos paises se cuestionan la relación riesgo-costos de la energía nuclear.
Al parecer Ángela Merkel ha decretado miedo electoral y hasta que pasen las elecciones en los Landes, prefiere dejar en stand-by las decisiones acerca de la moratoria de las plantas alemanas. Los suizos se plantean paralizar la puesta en marcha de nuevas centrales y el resto de países europeos están siendo arrasados por esta ola «ecologista».
Ayer parecía ganar terreno la teoría de la energía nuclear como recurso óptimo en cuanto a costos, rendimiento, sostenibilidad y respeto al medio ambiente… salvo desastres.
Hoy la cosa pinta fea en Fukushima y hay quién considera que no es el momento de cuestionar la energía nuclear, que es ventajista abrir ese debate con la que está cayendo. El argumento flojea porque si no fuera por estas circunstancias casi no habría motivos para debatir nada.
Realmente es probable que el futuro sea la energía nuclear, pero no necesariamente como la conocemos hoy, dejando a un lado la posible explotación de la energía de fusión, panacea de la producción eléctrica, parece evidente que el diseño actual de las centrales de fisión es excesivamente frágil ante fallos humanos, averías o desastres naturales.
Quizás se podría empezar por ser muy cuidadosos con el emplazamiento de las centrales, evaluar riesgos sísmicos, vulnerabilidad ante olas gigantescas ¿porqué a pie de playa? y, si el peor escenario posible es el sobrecalentamiento del reactor, que no sea el sistema de refrigeración vulnerable a fallos, sin que exista un plan B o solución alternativa de seguridad de intervención inmediata, la posibilidad de apagar la hoguera meando encima.
Comentarios
Buenas corris!
Seguramente si sea la del futuro, pero hasta que no hagan centrales seguras de verdad mal vamos.
A día de hoy da la impresión de que las medidas de seguridad «perfectas» no están fuera de nuestro alcance, pero si fuera de nuestro bolsillo y la gente pues deja las cosas a medias.
Y claro, si dejas las cosas a medias, luego pasan estas catástrofes. Cuando podamos hacer centrales seguras de verdad entonces si será la del futuro.
Viendo la cosa en Japón, que se supone que son más entregados, no quiero imaginarme esto en españa… miedito da.
El problema es que la política debería terminar una vez pasadas las elecciones, hasta la siguiente campaña.
Vale que distintas formaciones se ofrezcan con paquetes de medidas dispares según su corte ideológico y que el ciudadano escoja que camino le parece mejor.
Una vez en el poder todas las decisiones tendrían que ser técnicas:
Si se potencia el ave por políticos, los técnicos deciden las líneas prioritarias, para reducir los muertos en carretera, más técnicos, si queremos menos muertes por violencia doméstica, más técnicos, en cada caso con personas implicadas que ya aportan soluciones desde asociaciones de víctimas, etc…
No se puede evitar que la política esté detrás de todas las decisiones, sí se puede exigir que se apliquen bajo las directrices de personal especializado.
Es democrático que en Fomento rompetechos (elegido en las urnas) decida qué proyectos se acometen, pero es una irresponsabilidad que coja un boli y dibuje el trazado al gusto de los políticos por donde transcurre.
El último caso es el Parque Nacional de las Cumbres de la Sierra de Guadarrama, ideado y diseñado por políticos sin ninguna consideración por ajustarse a los requisitos de Parque Nacional ni a criterios ecológicos, convirtiéndolo en un churrete por encima de las cotas urbanizables.
También ha sido un éxito la gestión política de unas cajas de ahorro sin un sólo directivo conocedor de la tabla de multiplicar.
Y en este momento mejor no saber quién decide con nuestras centrales nucleares los emplazamientos, personal y medidas de seguridad, la única diferencia con Homer es la dieta Mediterránea y la falta de gracia.
Estoy contigo, cuando las decisiones sobre ciencia las hace un politico convenientemente clasificado bajo unas siglas estamos jodidos.
Extrapolese esto a educacion, industria, fomento, salud… cualquier cosa realmente importante.
El problema se agudiza cuando encima todos aquellos políticos escogidos para el cargo digitalmente, léase ministros, etc, se escogen adrede cada vez menos técnicos y más políticos, es decir, que piensen poco, tengan pocas ideas propias y obedezcan y agradezcan bien, consiguiendo de paso el favor de otros del mismo estilo, llámese red de favores, en la que casi nunca cabe el interés general.
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