Desaprender

por Corrás

Hace años que sigo el programa Redes, presentado por Eduardo Punset. A veces es incómodo seguir el ritmo por el estilo frenético del presentador, pero en sus entrevistas con expertos de diferentes ramas científicas surgen cuestiones que nos afectan pero pasamos por alto.

Uno de mis habituales «déjà vu» cuando se abordan cuestiones relacionadas con el aprendizaje es la importancia de desaprender. Cada vez que en un curso o en una conversación se toca el tema resulta muy fácil darle la importancia que merece, comprender la necesidad de romper con ideas pasadas, con posturas que nos acompañan desde que recordamos.

Continuamente nos abordan con nuevos enfoques sobre esas posturas tan claramente obvios, que nos sonroja reconocer que por inercia no hemos sido capaces de cambiarlas a lo largo de los años.

Y ahí viene el «déjà vu», en la siguiente ocasión comprobaremos que después de haber dicho ¡¡Cuanta razón tienes!!, continuamos agarrados a nuestras viejas, cómodas, irracionales, pero bién conocidas posturas.

Gracias a las explicaciones que nos ofrece Punset a través de sus colaboradores, descubres que la respuesta del cerebro ante los recuerdos es idéntica a la obtenida cuando imaginamos el futuro, lógico si aceptamos la dificultad para cambiar nuestra visión de las cosas. Queremos imaginar un futuro mejor partiendo de los mismos mimbres…

Si personalmente suele acabar fracasando nuestro intento de mejora personal negándonos a mover una sola ficha, como sociedad resulta más fácil ver las consecuencias:

  • ¿Que la iglesia tiene problemas de pederastia? Nombramos Papa a la persona encargada de esconderlo
  • ¿Que sufrimos el terrorismo? Aplicamos terrorismo de estado
  • ¿Que nos disgusta el nacionalismo de los demás? Imponemos el nuestro

Sí, tenemos claro todo lo que falla, las medidas que no sirven, pero las seguimos aplicando. Ojo por ojo, diente por diente.