Las vidas posibles de Mr. Nobody
por Corrás
Historia sobre las consecuencias de la indecisión y la toma de decisiones; a través de una impactante factura visual y sonora, deshoja la «margarita» del protagonista.
¿Cuántas decisiones repetiríamos o evitaríamos, visualizando las ramificaciones de antemano?
Dado que esta posibilidad no está al alcance fuera de la pantalla, resulta ridículo aferrarnos a las decisiones «seguras», su trascendencia futura es desconocida, lo único seguro de cualquier presente es que cada desvío en el camino deriva en un futuro distinto.
Ya que no podemos escoger el futuro a la carta, debemos responsabilizarnos día a día de que cada acto, cada frase, cada acción emprendida sigue el camino correcto, el que nos acerque al futuro que deseamos.
Cada impulso, arrebato, acto egoista o irreflexivo irremediablemente nos llevará en dirección contraria.
Esta película debería ser un clásico instantáneo, pero los detractores dirán que contando mucho no cuenta nada, que carece de trama clara, que es pretenciosa y de excesivo metraje, etc.
Gilipolleces, es la transición del destete a la comida sólida, a quién le haya gustado 2001, Gattaca, Amélie… no les defraudará. Sin desmerecer el buen cine con una estructura más convencional, es agradable no encontrar más de lo mismo de vez en cuando.
Comentarios
Tiene buena pinta. Me recuerda a un planteamiento matemático consistente en que para llegar a la solución óptima de un problema de varias etapas, hay que alcanzar progresivamente la solución óptima de cada etapa.
No sé si llegará a los cines de estos lares; en tal caso, habrá que buscar alternativas…
Y es que la vida son etapas, sólo hay un final cuando acaba. Sea lo que sea que queramos conseguir, o lo perseguimos o ya pasó, nunca llegamos a la meta, porque lo conseguido, por inalcanzable que algún día nos pareciese, si lo alcanzamos encoge, se vuelve poco, otro objetivo lo sustituye inmediatamente, porque si nos conformásemos sería demasiado fácil ser feliz.
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