Mitos II (Discriminación positiva)

por Corrás

Bibiana AidoCon la misma credibilidad que un burro volando o una puta virgen, se extiende como un cáncer de colon uno de esos conceptos políticamente correctos paridos por asesores de imagen con diarrea mental: la discriminación positiva.

Si, es perfecto para explicar lo que es un oxímoron: un absurdo, términos contrapuestos que fuerzan una tercera interpretación, pero en este caso esa tercera interpretación es una falacia (que las discriminaciones reales o imaginarias sufridas por diferentes grupos sociales, se corrigen a través de la discriminación inversa).

Digo falacia porque todas las discriminaciones habidas y por haber parten de una base social, cultural y educativa, sólo con acciones dirigidas a modificar valores negativos sociales y culturales a través de la educación, podemos hacer frente a las actitudes discriminatorias.

La discriminación positiva es puro maquillaje, venta de humo, genera todavía más crispación de la que dice querer solventar.

Y es que a nadie le interesa una mierda erradicar la discriminación, sólo aprovechar cuando el viento sopla a favor para sacar tajada, y esta claro que el ventajismo político y el clientelismo se venden mejor con denominación de origen.

Tampoco debería sorprendernos que una solución política a un problema sea cualquier cosa menos una solución y que en nuestro país las actitudes discriminatorias de todo tipo: racistas, de género, de carácter laboral,  por motivo de discapacidades, etc. gocen de una salud espléndida.