No tengo boca y debo gritar.
por Corrás
Leyendo este relato corto de Harlan Ellison me llamaron la atención tres coincidencias:
-Fue escrito en el año 1967, fecha de mi nacimiento.
-Parece reciente, a pesar de los años. Así me siento yo…
-La necesidad de gritar es hoy tan intensa como en el 67.
Desde este blog espero sumar mi grito al de tantas ovejas descontentas que se han identificado con el protagonista de este relato, del de 1984, Un mundo feliz y tantos otros.
Dado que las ovejas no tenemos opciones de cambiar nada, (para eso se inventaron las democracias, capaces de privarte de la única cosa sana de las dictaduras: la esperanza de que algo cambie), mi actitud al respecto es la evasión.
Hasta ahora mi evasión consistía en mi pareja, salidas de fin de semana, la informática, la fotografía, toneladas de lectura; pero desde hace muchos años (en el 2000 compré mi primer dominio personal) he tenido descuidada la web en ceibe.com y parado el blog en corras.com.
Como el objetivo primordial de las dos contrataciones era gritar «este soy yo» en mi web curricular y «así consigo evadirme de la existencia» en mi blog, me he dado cuenta de que por ahora tengo boca, puedo gritar y a lo mejor no dura. Las mejores mentes de la democracia trabajan duramente en el desarrollo de las nuevas mordazas.
Desde hoy, con la periodicidad que me pueda permitir, compartiré con mis lectores todo lo referente a mis evasiones de esta realidad que nos ha tocado vivir.
Comentarios
La democracia es un concepto un tanto fastidioso, no es fácil alcanzarla ni es fácil mantenerla; por otra parte tiene demasiados enemigos, generalmente muy bien disimulados y entrenados.
Por otra parte, de ser verdad que una mayoría suficiente quiere una democracia de cierta calidad, deberíamos entre todos conservar aquellos espacios de "libertad" que dichos enemigos todavía no alcanzaron a dominar por las razones que sean, y uno de ellos, nuestra querida e indispensable internet, está cayendo (si es que algún día lo fue de verdad).
Para ello necesitamos antes de nada ser conscientes de hasta que punto estamos manipulados y controlados, y hasta que punto queremos cambiar esta realidad. Como en Matrix, poder y querer decidir si tomamos una de las píldoras para vivir en una falsa pero cómoda realidad, o bien la otra, justo lo contrario. Pero claro, es obvio que la gran mayoría de la gente ni se llama Neo ni busca a Morfeo …
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