Economía Global
por Corrás
Por enésima vez millones de trabajadores en todo el mundo han perdido ahorros, propiedades, salarios, nivel de vida, después de una época alcista en la que creyeron estar a las puertas del cielo, a punto de recibir todo lo merecido después de años de duro trabajo.
Es cierto, les han dado su merecido.
Las mismas personas que previenen a sus hijos de los peligros de aceptar caramelos a las puertas del colegio, se tragan de dos en dos las golosinas del camello inmobiliario (es una ganga, compra ahora), el camello político (España va bién, acomódate y disfruta del viaje), el camello bancario (pídeme lo que quieras, no te arrepentirás), etc…
Al igual que los timos clásicos, capaces de estafar a varias generaciones de la misma familia con el mismo cuento, sabiendo todos ellos de primera mano en que consiste el timo, el timo de la Economía Global y sus mareas altas y bajas (crisis económica) sólo necesitará un año, dos máximo, para captar a la nueva hornada de trabajadores honrados, que depositarán toda su fe, sus ahorros y sus inversiones en el primero que les dé una «palmadita», (compra ahora, las cosas vuelven a ir bién, te doy crédito).
No sería demasiado preocupante si todo quedara en una montaña rusa de sensaciones económicas, el peligro real es que todos los timadores tienen el mismo defecto, hasta que tienes una conversación con ellos y un bate de béisbol, son cada vez más codiciosos y durante las últimas crisis se han aliado con los dueños del local, consiguiendo que por cada euro que tu pierdes, les «compensen» a ellos con 3 por el stress provocado por falsear cifras, convencer a todo el mundo de que los culpables son unos negros de Alabama y que tu dinero no lo tienen ellos.
Cuando te ofrezcan una hipoteca a las puertas del colegio, piensa lo agradable que será no pasar el mono en la próxima crisis.
Comentarios
Lo de la inmobiliaria en este país es de traca. Analicemos un poco la cuestión, los protagonistas y el guión de la película. Más o menos el reparto lo componen cuatro grupos de personajes: las constructoras, la banca, los políticos de todo tipo, que no podían faltar, of course, y los paganos (el vulgo).
· Las constructoras, grandes, medianas y pequeñas, que encontraron la forma de llenarse los bolsillos y permitirse lujos de todo tipo, como participar en otros negocios, blanquear dinero a espuertas, comprar a políticos en gobiernos y/o ayuntamientos, pactar con la banca (o ser lo mismo en ciertos casos), etc. Lógicamente aprovecharon la coyuntura para forrarse, y pretendieron continuar el chollo cuando los pisos subían y subían, sin cubrirse en muchos casos las espaldas para cuando el asunto explotara (obviamente ocurriría tarde o temprano). Cuando ocurrió, se encontraron con créditos a medio pagar combinado con caída brutal de las ventas. Resultado: Problemas con los bancos, despidos de trabajadores y a echarle la culpa al boogie.
· La banca. Merecería capítulo aparte. Pero en lo fundamental, fomentó y se aprovechó del chollo, pero a diferencia de las constructoras, su chantaje al estado en el momento del crack sí funcionó (no solo aquí), con lo que consiguió una cantidad de dinero público inimaginable (en sentido literal, puesto que no se hace público, tiene cojones que nuestro gobierno hipoteque al estado, es decir, al pueblo, sin ni siquiera explicar a quién y cuánto dinero dedica) para salvar sus agujeros contables, y a día de hoy hacen lo que quieren porque tienen a todo el mundo, incluído al estado, cogido por los huevos.
· Los políticos. Ante tamaño marrón, esta «nueva izquierda» usurpa el espacio político a su «rival» conservador poniéndose al servicio de la banca y de la patronal y en contra del trabajador, y dejando a dicho partido conservador en fuera de juego, de forma que es este partido el que critica medidas que él mismo tomaría sin problemas si estuviese en el gobierno. Por otra parte tenemos a los ayuntamientos y sus concejales de urbanismo, y a las diputaciones provinciales, ambos en demasiadas ocasiones «pecadores» en contra del interés general, por motivos «misteriosos». También mencionar a gobiernos autonómicos con sus legislaciones peculiares, etc.
· Y llegamos al protagonista final, el vulgo. La burbuja inmobiliaria existió por y para su avaricia y egoismo. Era un fantástico medio para multiplicar sus ahorrillos el hecho de comprar un pisito para invertir en x euros, y venderlo al año siguiente a 1,5x euros. Evidentemente no le pidas a la gente que pida explicaciones al hecho de que un gobiero presumía de aumentar el PIB del país, y crecer «más que los otros», siendo a costa de una economía poco o nada productiva, pero que estaba forrando a unos pocos y ahogando en deudas a todos, con hipotecas alucinantes a las que era difícil resistirse, incluso a ampliar la ya existente para comprarse un coche nuevo y presumir delante del vecino. La banca encantada por el aluvión de ingresos, y el gobierno presumiendo, aún a costa de ir ahogando en deudas a medio país.
Actualmente podemos ver a unas constructoras pasándolo mal pero con pocos medios de presión, a alguna banca más fuerte y prepotente que nunca, a otra banca salvada de la quiebra con nuestro dinero y en completo secreto, al gobierno pasando la factura de todo al enemigo más fácil: el vulgo, y a dicho vulgo viéndolas venir. A buenas horas, mangas verdes…
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